Entre tantas series nórdicas que lograron hacerse su ocupación en Netflix durante los últimos abriles, una de las más impactantes fue “Borgen”. Quizás por la guisa en que muestra el enrevesado entramado que acompaña y da forma a la democracia parlamentaria en Dinamarca, o tal vez por la transparencia con que –según se muestra- funciona el sistema, lo cierto es que “Borgen” se convirtió en una de las series políticas más influyentes e impactantes de los últimos abriles.
Y fue tal el impacto que “Borgen” generó a lo abundante de sus primeras cuatro temporadas que el 2 de junio pasado se estrenó –igualmente en Netflix– una segunda serie (conocida como spin-off): “Borgen: Reino, poder y gloria”. En esta nueva serie, con los personajes ya conocidos, la trama se centra en los conflictos y disputas internas en el interior de la coalición gobernador, en la invasión de Rusia a Ucrania y igualmente en la problemática del medio esfera y el calentamiento completo.
5 claves para no perderse la secuela de Borgen
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El funcionamiento de las democracias parlamentarias
Al igual que en otros tantos países europeos, el sistema de gobierno en Dinamarca objetar a una Democracia Parlamentaria. Manteniendo las figuras de los reyes, es el primer ministro (o la primera ministra) quien lleva delante la toma de decisiones a nivel político del país. Y, al igual que en la primera serie, en “Borgen: Reino, poder y gloria” queda de manifiesto el enrevesado entramado que acompaña la conformación del gobierno y las distintas coaliciones que se alcanzan para conformar los ministerios y los acuerdos políticos que aseguran la gobernabilidad.

Partidos aliados, políticas en global y alianzas estratégicas para encarar ciertos asuntos de gobierno y de Estado una prácticas comunes que se ve reflejadas en “Borgen”.
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La sorprendente transparencia política
Desde el primer momento, “Borgen” sorprende por los conflictos que estallan en el gobierno de Dinamarca, puertas para adentro. Al aparición de la primera temporada, el primer ministro se ve obligado a renunciar a su cargo luego de que su esposa (la primera dama) comprara una cartera con la maleable de crédito corporativa del primer ministro. Ese es el inicio de la pino vida política de la protagonista central de “Borgen” y de “Borgen: Reino, poder y gloria”, Birgitte Nyborg (interpretada por la actriz Sidse Babett).

Más allá de esta transparencia que se intenta mostrar, los acuerdos espurios y pocos claros a nivel político están a la orden del día. Y por más apetecible o destacable que se intente mostrar a los políticos nórdicos, los hechos de corrupción están en el orden del día.
Birgitte Nyborg, la figura sobre la que están centrados los argumentos de “Borgen” y “Borgen: Reino, poder y gloria” le dan a la serie danesa que es furor en Netflix un válido protagonismo a la figura femenina en la política. En las primeras temporadas se muestra la pino y destacable carrera de Birgitte hasta conseguir a convertirse en la primera mujer en convertirse en primera ministra en la historia de Dinamarca.

En esta segunda serie, “Borgen: Reino, poder y gloria”, Birgitte se encuentra ocupando un tarea en el interior del gobierno de otra mujer. Y aquí se refleja con un poco más de claridad la disputa de poder con otra primera ministra, quien igualmente se posiciona delante la opinión pública como una mujer que quiere seguir haciendo historia al frente de Dinamarca.
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La hogaño de los conflictos y la trama
En “Borgen: Reino, poder y gloria” el punto de partida que plantea la trama y sobre el que se desenvuelve el conflicto es el hallazgo de una más que considerable reserva de petróleo en Groenlandia, departamento que pertenece a Dinamarca, aunque desde hace ya tiempo reclama su autonomía.

Tras poseer llegado al gobierno –entre otras cosas- con una marcada postura ecológica y donde se oponía al uso de combustibles fósiles (entre otras cosas), Birgitte Nyborg se encuentra ahora en la opción de perseverar sus principios o priorizar el ampliación petrolero y financiero de Groenlandia para perseverar aliados.
Al igual que la problemática del calentamiento completo, el conflicto agresivo entre Rusia y Ucrania igualmente está presente en la trama de “Borgen: Reino, poder y gloria”. Y es que se muestra la billete de un controvertido magnate ruso en la industria petrolera y los rechazos que genera su figura en medio de la invasión de su país a Ucrania.
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La relación poder político – medios de comunicación
Al igual que en la primera serie (“Borgen”), en “Borgen: Reino, poder y gloria” queda de manifiesto el protagonismo de los medios de comunicación y su vinculación con el poder político. La privación de aclarar distintos aspectos en el prime time de la TV danesa, la importancia que le dan a los anuncios y participaciones en vivo y toda la planificación para pronunciar las palabras justas en el momento indicado quedan de manifiesto. Lo mismo se observa con los medios sensacionalistas y ese afán de tener un título escandaloso a cambio de sumar anciano manifiesto.

También se muestra la venida y el zona de influencia de redes sociales como Instagram y Twitter al momento de que los políticos (y las políticas) intenten posicionarse como referentes en distintas temáticas y planos.